miércoles, 6 de abril de 2011

A ciegas



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En una ciudad desconocida una misteriosa epidemia de ceguera, uno a uno sus habitantes van contagiándose. El gobierno, con el objetivo de frenar su expansión confina a los infectados en cuarentenas sediados por el ejército. Allí todos son ciegos excepto una persona, la mujer del médico, que parece inmune. Su marido es el único que conoce el secreto por miedo a la reacción de los otros internos, procurando ella ayudar a los enfermos pues son dependientes. La vida era más o menos soportable hasta que un grupo armado se hace con la comida y el poder obligando a sus compañeros a pagar por sus alimentos diarios. Así teniendo estos que desprenderse de sus alianzas y objetos preciados comenzando una degradación progresiva de la dignidad humana, culminando esta al ya no tener objetos de valor que cambiar por su nutrición.

 Los agentes opresores exigen entonces que las mujeres se prostituyan para ellos y ganar así su sustento. Esta situación provoca un profundo debate y contraste moral entre los ciegos que necesitando sobrevivir intentan mantener su ética y valor como hombres, concluyendo que lo importante es la vida acceden y envían a las mujeres muriendo una por una brutal agresión. Como venganza e intentando recuperar el orden legitimo la mujer del médico mata al jefe de los malvados y al poco tiempo la cuarentena se incendia. Todos los ciegos salen y ella como única vidente ve que los guardias  ya no están, que son libres, escapa con un pequeño grupo, observando la miseria a la que han llegado las personas,  peleándose por la comida, sucios y mal vestidos. Pero aun así al encontrar una casa segura algunos personajes descubren que son más felices de lo que han sido en su vida. Todo esto se rompe al recuperar el primer ciego la vista pues en lógica todos la recobrarían después, la mujer del médico por fin es libre no tendrá que cargar con la responsabilidad de cuidar de toda esa gente, pero ¿serán  cumplidas tos todas las buenas promesas que hará el mundo ahora?

Este film se basa en la obra maestra de Saramago, que murió desgraciadamente hace poco. Para los vagos les digo que esta pelicula que en español han llamado "A ciegas" es una gran oportunidad para disfutar de una obra de arte, como son todos los libros de Saramago, sin tener que lleerse el libro, pues reconozco que la forma de redactar  de José es complicada y algo lenta. Bueno el problema es que  !NO PONE UN MALDITO PUNTO! en toda la novela, como siempre, pero es que es su forma de escribir, que por otro lado me ENCANTA, llena de filisofia, y eso la hace algo dura pues cada palabra es un rompecabezas del que tienes que sacar un mensaje oculto.
El caso es que se parece mucho el libro y la pelicula, asi que aprobechad.

"Todos estamos ciegos, ciegos que pueden ver pero que no miran"

Es un ensayo sobre esto.




Mi parte favorita de es el momento en que los malvado exigen mujeres, es impecable ese capitulo el trato que recibe este tema, en mi opinión las mujeres hicieron bien al acceder y alimentar además a los otros con su esfuerzo, las personas deben hacer lo que sea para sobrevivir y más cuando no es a costa de nadie. Los que han sido degradados moralmente y han perdido su dignidad como hombres no son ellas, que son generosas, luchadoras y solo aman su vida, sino el opresor el que denigran a otro ser humano, pues han renunciado a su calidad de humanos cundo perdieron su humanidad porque nadie que desprecie así a otra persona, que es insensible a su sufrimiento no se puede considerar humana. Esto no hace ciegos, el miedo, nos empeñamos en ver las diferencias con los demás cuando si fuéramos objetivos seriamos conscientes de que es mucho más lo que tenemos en común. Aun así nos vemos muy distintos a nuestros semejantes y lo que es diferente lo tememos y en acto preventivo a una posible amenaza atacamos. El miedo nos ciega si no dejáramos que nos nublase el juicio podríamos llegar todos a un entendimiento. Desgraciadamente hemos permitido que el miedo penetre en nuestros corazones, con atentados, sirenas, gritos, guerras, Nunca pisa la batalla tanto ruido de guerreros,
traen de sus almenas la paz de los cementerios.
Háblame de tus abrazos, de nuestro amor imperfecto,
de la luz de tu utopía, que tu voz tape este estruendo.
Si se callase el ruido
quizá podríamos hablar
y soplar sobre las heridas,
quizás entenderías
que nos queda la esperanza.

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