Hoy me he levantado con un cable cruzado, tanto contacto me ha tocado el lado malo, y me he despertado con ganas de comerme el mundo. He necesitado estar involucrado en un meollo, cuestionado, casi siempre equivocado y me he dado cuenta que casi nunca cambio de rumbo. Malabares, por las calles, y la gente corriente ronda malos bares. Mala gente, con muy mal semblante montando bronca en la terraza del bar de enfrente, por donde corre la cerveza a mares.
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