"...Es verdad -suspiró el Coronel-, la vida es la cosa mejor que se ha inventado"
"La ilusión no se come, pero alimenta"
"Yo no uso sombrero para
no tener que quitármelo ante nadie"
El coronel
no tiene quien le escriba, sin embargo espera cada viernes la carta de su
prometida pensión,
que nunca llega. El y su esposa, pasan penurias durante esta espera, mientras
se quitan la comida de la boca para dársela al gallo de pelea de su difunto
hijo. En las noches de hambre su única esperanza es el sueño del dinero que ganaran en enero, cuando el gallo combata, pero ese día parece nunca llegar mientras se encadenan los dias de plato vació, y discuten sobre como solucionar su situación.
Nuestro entrañable Coronel cree en el futuro, en esa ventura que les llegará en enero, en la pensión que después de quince años, esta seguro que pronto llegara, mas su esposa quiere vender el el gallo pues ha desistido de la espera, y teme no llegar a enero y tiene la horrible sospecha que, como todo por lo que han peleado en su vida, se lo quitaran por el idealismo y bien pensar de su marido entretanto venden todas sus posesiones para apaciguar el hambre y burlar un día más a la muerte.. hasta enero.
"Es la misma historia de siempre
nosotros ponemos el hambre para que coman los otros, es la misma historia desde
hace 40 años"
"-¿Qué comemos? -Mierda"
